Con pocas palabras...
Te lo vuelvo a contar.
Trucos para contar con precisión un cuento breve.
En esta actividad se trata de ejercitar la capacidad de reproducir los elementos esenciales de un cuento, aportando las modificaciones u otras características que se consideren oportunas. Se leerá un cuento en voz alta y los alumnos/as designados serán capaces de volver a contar con coherencia, introduciendo los cambios pedidos.
- Se valorarán las siguientes capacidades:
a) Contar ordenadamente, distinguiendo con claridad los tres tiempos de la narración: presentación, nudo y desenlace.
b) Describir con nitidez aceptable las características de los protagonistas, de la situación (problema, causalidad, etc.) del lugar y del tiempo.
c) Utilizar con propiedad expresiones convencionales para comenzar o terminar la narración.
d) Ser expresivos (en el vocabulario utilizando, en la creación de un clímax, en el hablar pausado y con buena entonación).
- El/la alumno/a podrá utilizar algunas de estas estrategias para recordar y reformular el cuento:
· Divide una hoja de cuaderno en 4 partes. Una para escribir el título y las otras tres para tomar notas sobre el planteamiento, el nudo y el desenlace, respectivamente.
· Escucha la narración del cuento con mucha atención. Escribe donde corresponda el título, características de los protagonistas, el tiempo, lugar…
· Mientras escucha va eliminando aquellas partes del texto que no son esenciales.
· Antes de contar el cuento, hace un pequeño guión mental o sobre el papel, si lo considera necesario.
MODELO DE CUENTO BREVE.
El león y el mosquito.
Había una vez un león fiero y perezoso que se pasaba horas echado, dormitando. Un caluroso día se tendió a la sombra de un gran árbol. Poco tiempo después un mosquito empezó a zumbar a su alrededor.
El león se despertó rabioso y rugió:
- ¿Cómo te atreves a molestar al rey de los animales, que te puede destrozar simplemente con su soplido?
- - Tienes muy mal genio, pero yo no te tengo miedo.
El león se levantó y se dirigió a él con las fauces abiertas. Entonces el mosquito se coló por su nariz y empezó a picarle.
El león orgulloso se revolcaba sobre la hierba, pero no conseguía librarse se revolcaba sobre la hierba, pero no conseguí librarse. El mosquito, seguro de sí mismo a pesar de ser tan pequeño, salió de la nariz del león y se burló:
- ¿De qué te sirve ser el rey de la selva, si no puedes ni con un pequeño animal?
Y el diminuto insecto zumbó de nuevo y se metió en una oreja del león.
- Les voy a decir a todos los habitantes de la selva que no has podido conmigo.
Después de llenar al león de picaduras, el mosquito salió volando satisfecho y distraído. Con tan mala suerte que, al pasar entre unas ramas, quedó atrapado en la tela de una araña. Pronto llegó la araña y…
Fábula popular.
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